La Honda NR 750 es sin duda una de las motos más bestiales de todos los tiempos. Causó sensación, y conmoción, cuando se presentó y ahora, más de 20 años después, sigue erizando los pelos a más de uno. La historia de esta superstar empieza en las carreras, concretamente en el fallido prototipo de cuatro tiempos que Honda desarrolló en 1978 para plantarle cara en los circuitos a las 2 tiempos de 500cc. El reglamento estipulaba un máximo de cuatro cilindros y para ganar potencia y par los japoneses se inventaron los pistones ovales (izq.) convirtiendo así, y camuflando, un V8 en un V4. Básicamente eran dos pistones fundidos en uno con dos bielas. Para rematar el invento contaba con 8 válvulas por cilindro. Pero la NR500 V4 fallaba más que una escopeta de feria y Honda archivó el prototipo al final de temporada. Lo desempolvó bastantes años después, con el fin de fabricar la moto de serie tecnológicamente más avanzada del mundo. Igual que la NR 500, el complejo motor de la NR750 usaba pistones ovales con dos bielas de titanio cada uno, y ocho válvulas, dos bujias y doble injección por cada cilindro. Una tecnología puntera que hasta hoy no ha tenido respuesta por ningún otro fabricante. Ni siquiera por Honda. Sacaron sólo 200 unidades, a unos precios desorbitantes, de esta maravilla.
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