sábado, 26 de noviembre de 2011

Anke-Eve Goldman, glourious sensation




En las décadas de los 50 y 60  BMW encontró en Anke-Eve Goldman a su perfecta embajadora. Era alemana, alta (muy alta), guapa, rubia y le daba al mango de veras. No participó en carreras de velocidad en circuito por que no se lo permitieron pero siempre estaba en todos los saraos moteros. Desde la concentración invernal de los  Elefantes hasta en la linea de salida de los grandes premios entrevistando a los pilotos punteros como periodista. Sus crónicas se publicaban hasta en Japón. Siempre vestía con prendas de cuero alemán y en  su casco lucía un gran logo del fabricante bávaro. BMW la trataba muy bién y siempre tenía acceso a los últimos modelos de la serie R67 que salían de la fábrica. Con semejante reclamo los de BMW tampoco deberían de poner muchas pegas.

Pero los italianos andaban también al acecho, como no (su embajadora hasta esos momentos era una guapísima Lolobrigida subida a una Vespa) y consiguieron que Anke-Eve se divorciará de su montura de toda la vida para subirse a una exclusiva M.V. Augusta 750 DOHC. La primera mujer que manejó un pepino italiano en toda regla. No se limitó a conducirla, como solía hacer con las BMW, sino que también la cafeteó a su gusto para desgracia de sus vecinos, que respingaban en sus sofás cada vez que el tronío made in Italy (le montó unos escapes 4en1 de Magni) pasaba delante de sus casas. Si quieres ver más fotos de esta alemana de pro échale un vistazo a esta galería de Flick.

Anke-Eve sobre la M.V. Augusta 750 DOHC de cuatro cilindros

Entrevistando a Ricardo Quintanilla (Bultaco) en el Gran Premio de HockenHeim de 1961


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